Tras dos años recluidos en casa hay ganas de salir, de airearse, de volver a conectar y de visitar otros lugares. Últimamente hemos encontrado establecimientos de interés, en Tardesillas, en Magaña y ayer en Molinos de Duero. Los ayuntamientos ceden locales, como han hecho desde hace años, pero en la actualidad los arrendatarios se esfuerzan en ofrecer buena cocina, ambiente agradable y decoración con gusto. En Molinos de Duero, hermoso pueblo de Pinares y junto al río donde dicen que hubo una serrería, el Ayuntamiento ha construido un edificio acorde con el entorno donde se sirven comidas. Allí disfrutan todos los miembros de la familia gracias a un gran parque infantil sobre una pradera. Todavía se conservan, y bien, las casas de carreteros con grandes entradas en arcos de medio punto por donde debían caber las vacas serranas y las carretas.