Abel de Vicente, natural de Covaleda, le ha dado vida a un chopo que estaba ya en cuidados intensivos. Ha sido en Oncala, dentro, pero esquinado, del recinto del frontón. Si ya resulta trabajoso (incluso para esforzados escultores) la utilización del cincel, las gubias y los formones, además de otros, esculpir con una motosierra se nos antoja aún más complicado. El caso es que en Oncala quedará para la posteridad una interesante y bien merecida escultura dedicada al pastor trashumante, con su manta, su zurrón y su boína.
