Huellas de Soria

Huellas de Soria

El pastel Espantapastores

José Fernández Suárez es un pastelero marbellí, con orígenes en Álora, sin más relación con Soria y sus tierras que la aportada por los mapas y las redes sociales, bueno y la serie de televisión El Pueblo, y la mujer de su amigo Juan Camarero, su mentor, que es nacida en Yelo. Se dedica a la dulcería desde hace veinte años (él tiene 47 y tres hijos de 15, 11 y 9 años respectivamente). Trabajó primero en la Pastelería Goyo, de Marbella, hermano de Juan Camarero y en la actualidad en la pastelería Cripan en la misma ciudad. Una vez interesado en las Tierras Altas aumentó sus conocimientos de esa zona de Soria y topó con la Asociación de Amigos de Sarnago y con el blog de Cándido de las Heras Martínez. De Sarnago le impresionó el trabajo que llevan a cabo todos los vecinos, sus hacenderas periódicas, el cambio que se va produciendo en el pueblo gracias al esfuerzo comunitario y del blog de Cándido, los molinos harineros del curso del río Linares.

Pero también se interesó por la actividad principal de toda la zona, esa que ha quedado ya para el recuerdo en el Museo Pastoril de Oncala y una vez al año con la llegada de las ovejas merinas caminando desde la capital, la Trashumancia. Como ya sabemos, los dos o tres rebaños que todavía permanecen ya no bajan caminando, lo hacen en camiones, porque el tren también ha dejado de existir. Se fijó también en algo sutil y precioso, en unas florecillas frágiles, de color lila, de nombre científico colchicum montanum, de la familia colchicaceae. Nadie por las Tierras Altas usa ese nombre científico, todos la conocemos como flor espantapastores, despachapastores, quitameriendas, ahuyentapastores, alzameriendas, merendera o espachapastores. Con todos estos nombres se conocen en Soria y en toda Castilla. Se trata de una pequeña planta bulbosa endémica de la península ibérica, de floración otoñal y abundante en tierra de pastos de las ovejas y en las rutas usadas por los rebaños. Cuando en las sierras aparece esta preciosa flor, los pastores saben que han de emprender la marcha a los pastos de invierno. El motivo de llamarlas también quitameriendas, alzameriendas o merenderas, es porque, a la vez que los pastores iban para el Sur, los forasteros también emprendían el viaje a sus lugares de residencia, después de haber veraneado en sus lugares de nacimiento.

José Fernández ha ideado un dulce en homenaje a los pastores de la Trashumancia y a las florecillas lilas y frágiles y lo ha llamado pastel Espantapastores. Los ingredientes son bizcocho, chocolate blanco, nata, mantequilla, agua y azúcar. Se cubre de crema de mantequilla, caramelo liquido mezclado con gelatina liquida y barquillo desmigado, el pastel lo decora con la pequeña flor lila, hecha de oblea. Todo un homenaje a los pastores de las Tierras Altas de Soria.