A lo largo de los años las mujeres (siempre las mujeres) pasaron de lavar en los ríos, en los arroyos, en los manantiales, a hacerlo en los lavaderos techados que construían con ayuda de los ayuntamientos. Significó un gran paso para la dura tarea de lavar la ropa, evitó muchos sabañones (no todos) y con la llegada de la instalación de agua corriente en las casas, se construyeron lavaderos particulares y, más tarde, las lavadoras eléctricas. Pero esos edificios albergaron, a lo largo de los años, además de mujeres arrodilladas restregando en las piedras onduladas las ropas, conversaciones, canciones, también cotilleos, confidencias dichas en susurro que poco tardaban en darles altavoz y vida, mucha vida. Los vecinos comprendieron que toda esa riqueza no debía desaprovecharse y, ayudados por las instituciones, decidieron dar a esos recintos una nueva utilidad.
Recuerdo al grupo de Valdanzo actuando en el lavadero de Muriel Viejo. Al de Fuentecantos con una figura arrodillada como antaño. Al de Matalebreras con preciosas canciones representadas en azulejos a la entrada. El de Sarnago donde todavía llegué a ver a una señora lavando. En general casi todos los viejos lavaderos se encuentran a día de hoy más o menos museizados y alguno, como el de Sarnago, literaturizado. Hay uno, el de San Andrés de Soria, en el que Ascensión Pérez (la inquieta alcaldesa de ese pueblo y once más, contando los despoblados de Lumbrerillas y Cerveriza, todos ellos pertenecientes al municipio de Almarza), se ha empeñado en hacer de él un ágora, un auténtico lugar de reunión y discusión. Allí se instala el Belén, algunas de cuyas piezas salen de las manos de Ascen, se montan exposiciones de esculturas y, la última de ellas está siendo de pintura con alguna escultura.
Durante un tiempo artistas de distintas nacionalidades han estado ejecutando sus obras en un edificio de Almarza, un antiguo palacio de la familia Montenegro, donde en tiempos se instaló el Colegio Europa y en la actualidad se ubica el Aula de la Naturaleza del mismo colegio. La mayoría son pinturas pero también pueden verse esculturas. Los artistas son: Eloy Velázquez, Juanjo Viota, Diana Rudokiené, Rafael Peñalver, Juliana Neves Hoffman, Manolo Oyonarte, Manolo Sáenz Messía, Lorenzo Moya, Rusudan Khizanishuili, Sònia Toneu, Hetty Van Der Linden, Elena Blanch, Inma Fierro, Marta Gómez-Pintado y Stano Cerny.