Tatiana Ramos emocionó a un auditorio lleno, un auditorio que rompió en aplausos varias veces durante la representación y que acabó puesto en pie al final de ella. Sola en el escenario, realizó lo que podíamos llamar justicia poética con la obra “Nunca me gustaron tus besos”. Una dramaturgia debida a Alberto Velasco: Vis a vis, Señoras del (H) Ampa y Madres, entre otras y a la dirección y puesta en escena de Xiqui Rodríguez. Tatiana se entregó en cuerpo y alma a una representación que le tocaba muy de cerca, que le rompió el corazón en su día y que ahora, tras las representaciones de “Nunca me gustaron tus besos” la alivian de algo, a veces sutil, otras contundentes, que padecen muchas mujeres. Mujeres eran la mayoría de los espectadores que abarrotaron la sala del teatro de la Madres Escolapias, una sala grande que acogió, con el corazón en un puño, a todas las espectadoras quienes, tal vez, en algún momento de su vida se vieron reflejadas en la actuación de Tatiana.
Comedida Tatiana Ramos, contenida a veces pero enfadada otras, mostró sobre el escenario que le sobran tablas y corazón. Mucha verdad en esta representación. Mucho dolor que queremos ya curado. Mucha fuerza en un cuerpo no demasiado grande, pero en un alma inmensa.